martes, 25 de mayo de 2010

Sobre el trabajo

Hace un par de semanas me llamaron de la oficina de Adeco de San Sebastián de los Reyes por una oferta de empleo. Me invade la intriga... ¿Cómo es que tenéis mi currículum? La señorita me contestó con otra pregunta: ¿Pasaste un proceso de selección en agosto con Marta? Er... Sí. Se suponía que ese dato lo aclaraba todo. Pero aún me desconcertó más el hecho de que la oferta fuera para un curro en Sogecable. ¡Si yo con Marta trabajé en Globomedia! Qué tendrá que ver. Os juro que por más que lo intenté, no conseguí encontrar el nexo de unión que le diera coherencia a todo este asunto. Pero desistí de intentar encontrarle la lógica. Total, en tres años he tenido varios trabajos en diversas empresas que nada tienen que ver entre sí, y en épocas de paro he mandado el currículum a tantos sitios que mañana podrían llamarme para trabajar en Disneylandia y no me sorprendería.

A pesar de no encontrarle sentido, me encantó que me llamaran. Ya en una ocasión estuve a punto de trabajar en Sogecable, pero la cosa se complicó y se quedó en un intento. Muy a mi pesar, tuve que rechazar la oferta, porque se trataba de una sustitución y es una lástima echar a perder un contrato de mes y medio por uno de 15 días. O no, yo que sé. Me gusta la empresa en la que estoy ahora, y disfruto mucho con mi trabajo, pero es muy probable que a finales de junio la cosa llegue a su punto y final. Y puede que una sustitución en Sogecable sea una buena forma de meter la cabeza para futuros proyectos. ¡O al revés! Hay cientos de puertas a mi alrededor que se abren y se cierran, es imposible saber dónde va a estar la gran oportunidad que estoy buscando, y lo peor es que no siempre depende de mí. Incluso la situación me hace plantearme opciones que hace apenas un par de años eran inconcebibles... Que eso está muy bien, vamos creciendo y vamos viendo la vida de otra forma, deseando cosas distintas... Pero me jode que esta situación me haya hecho volverme más conformista, incluso que me sienta menos especial. Cambio todos mis sueños por un horario decente y un sueldo digno. Tampoco es eso ¿no?

Es lo que están consiguiendo al hacernos elegir entre un mal trabajo y uno menos malo. Me gustaría ver, aunque fuese de lejos y por curiosidad, un buen trabajo. Al igual que me gustaría ver un unicornio, o un mono de tres cabezas.

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