viernes, 28 de mayo de 2010

Un consejo cualquiera

Ayer me despisté con mis chorradas y salí tarde de casa. Como me gusta llegar con tiempo al trabajo, apreté el paso hacia la parada del autobús. Al girar la última esquina vi que uno de mis autobuses se aproximaba, así que eché a correr. A pesar de mi porte atlético, llegue a la puerta sin fuelle, subí las escaleras resoplando y saludé al autobusero al borde del colapso. El hombre me miró con sorna y con media sonrisa me dijo:

"Correr detrás de un autobús es igual que correr detrás de un novio, una estupidez. ¿No ves que va a pasar otro igual en cinco minutos?"

miércoles, 26 de mayo de 2010

Dos años y un día

Ayer me pasó algo inaudito... Aún no me puedo creer que eso me pasara a mí. ¡Me olvidé de mi propio aniversario!

David vino a recogerme al trabajo con una dulce sonrisa y dos enormes rosas preciosas. Y la cara de tonta que se me quedó... Se creía que lo estaba poniendo a prueba, al no haber nombrado el tema en todo el día. Nada más lejos de mi intención. Puedo ser mala a veces, pero esta vez he sido un poco tonta. ¡Lo siento mucho!

El 25 de mayo es un aniversario un poco extraño. No es exactamente el día que empezamos, ni mucho menos. Podríamos celebrar tantas cosas: la primera noche juntos, el primer te quiero, el día que nos fuimos a vivir juntos... Este día nos gusta celebrarlo porque fue el día en el que me recorrí media ciudad para buscarle y decirle que quería que estuviese siempre a mi lado. Como es normal, yo al principio tenía mis dudas, pero esa noche le eché tanto de menos que tuve que plantarme delante de él y arrastrarlo a mi casa, para no dejarle salir de ella nunca más.

Como además coincide con el día del orgullo friki, nos va como anillo al dedo. Ayer lo celebramos con un grandioso tanque de palomitas viendo la finale de Perdidos. Tantos años con una pasión en común y ayer le pusimos una maravillosa guinda final.

Nene, hace muchos años que te aprecio, y no hace ni dos que vivo contigo. Podría estar celebrando cada día el aniversario de lo feliz que soy a tu lado. Gracias por las flores, gracias por todo lo que eres y gracias por cuidarme tanto. Quiero que sepas que lo único que deseo es estar contigo todos los días de mi vida intentando hacerte feliz.

¡Quiero que sepas que TE QUIERO MUCHO!


pd: quierote :P

martes, 25 de mayo de 2010

Sobre el trabajo

Hace un par de semanas me llamaron de la oficina de Adeco de San Sebastián de los Reyes por una oferta de empleo. Me invade la intriga... ¿Cómo es que tenéis mi currículum? La señorita me contestó con otra pregunta: ¿Pasaste un proceso de selección en agosto con Marta? Er... Sí. Se suponía que ese dato lo aclaraba todo. Pero aún me desconcertó más el hecho de que la oferta fuera para un curro en Sogecable. ¡Si yo con Marta trabajé en Globomedia! Qué tendrá que ver. Os juro que por más que lo intenté, no conseguí encontrar el nexo de unión que le diera coherencia a todo este asunto. Pero desistí de intentar encontrarle la lógica. Total, en tres años he tenido varios trabajos en diversas empresas que nada tienen que ver entre sí, y en épocas de paro he mandado el currículum a tantos sitios que mañana podrían llamarme para trabajar en Disneylandia y no me sorprendería.

A pesar de no encontrarle sentido, me encantó que me llamaran. Ya en una ocasión estuve a punto de trabajar en Sogecable, pero la cosa se complicó y se quedó en un intento. Muy a mi pesar, tuve que rechazar la oferta, porque se trataba de una sustitución y es una lástima echar a perder un contrato de mes y medio por uno de 15 días. O no, yo que sé. Me gusta la empresa en la que estoy ahora, y disfruto mucho con mi trabajo, pero es muy probable que a finales de junio la cosa llegue a su punto y final. Y puede que una sustitución en Sogecable sea una buena forma de meter la cabeza para futuros proyectos. ¡O al revés! Hay cientos de puertas a mi alrededor que se abren y se cierran, es imposible saber dónde va a estar la gran oportunidad que estoy buscando, y lo peor es que no siempre depende de mí. Incluso la situación me hace plantearme opciones que hace apenas un par de años eran inconcebibles... Que eso está muy bien, vamos creciendo y vamos viendo la vida de otra forma, deseando cosas distintas... Pero me jode que esta situación me haya hecho volverme más conformista, incluso que me sienta menos especial. Cambio todos mis sueños por un horario decente y un sueldo digno. Tampoco es eso ¿no?

Es lo que están consiguiendo al hacernos elegir entre un mal trabajo y uno menos malo. Me gustaría ver, aunque fuese de lejos y por curiosidad, un buen trabajo. Al igual que me gustaría ver un unicornio, o un mono de tres cabezas.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Felicidades mami

Ayer fui a la verdulería de mi barrio a por suministros para toda la semana. ¡Tenía todo una pinta fantástica! ¿Quién me iba a decir a mí, cuando apenas era una niña a la que le colgaban los pies de la silla de la cocina, que acabaría "de mayor" yendo a comprar verdura por voluntad propia?

Recuerdo que por aquella época, el día de la verdura era una auténtica tragedia griega. Mi madre intentaba que comiéramos verdura por todos los medios. Juegos, canciones, gritos, lágrimas... Todo un espectáculo. Mi hermano ya de por sí no comía mucho, y yo era más rarita que unas calenturas. Creo que en realidad no comíamos verdura por cabezones, porque cuando mi madre la camuflaba entre patatas, huevos y tomate, nos la comíamos sin rechistar. Pero si la ponía tal cual, en la cocina, con ese olor tan característico que tiene la verdura cuando la cocinas, actuábamos como auténticos mulos. Algunos platos los recuerdo salados, ya que se mezclaba el sabor de la comida con mis llantos. Eso podía provocar el llanto de mi madre, o bien una buena colleja.

En una ocasión, mi madre, en un intento desesperado de que comiéramos sin montar un circo, y agotando su último cartucho, nos puso un plato de menestra a cada uno y colocó en el centro de la mesa una enorme canica transparente, con pequeños filamentos dorados, preciosa. "El primero que se acabe el plato ganará la preciada canica". Todo un reto. No podía quitar los ojos del poder hipnótico de aquella esfera tan bonita. Ansiaba conseguir el tesoro, así que me armé de valor, hice de tripas corazón, y engullí como si fuera mi última comida.

No recuerdo quién ganó finalmente la canica. Pero nunca olvidaré el esfuerzo y la ilusión de mi madre por educarnos y alimentarnos lo mejor que pudo. No tiene que ser nada fácil. Cada vez que pienso que estoy en plena edad de empezar a concebir, me sobreviene el miedo a que no seré capaz, que me vendré abajo, y sobre todo el pesar de que mi madre, la mejor madre del mundo, no estará a mi lado todos los días para iluminarme con su sabiduría. Bueno, aunque nunca se sabe.

Felicidades mamá. Te deseo lo mejor en este día tan especial. Te pido disculpas por todas las veces que te he fallado y que no he estado a la altura. Y mi regalo en el día de hoy es recordarte una vez más que tú si has estado a la altura SIEMPRE, que soy lo que soy gracias a ti, que sólo conservo buenos recuerdos y que vosotros y David sois lo más maravilloso que tengo en la vida. Estoy muy orgullosa de ti, de tu vida ejemplar, de tus virtudes y de tus debilidades (que son tan parecidas a las mías).

¡TE QUIERO MUCHO!