jueves, 6 de octubre de 2011

Encontrad lo que amáis

Esta mañana nos hemos despertado con la triste noticia que que Steve Jobs ha fallecido. Muchos son los que afirman que este hombre, un visionario de las nuevas tecnologías, un soñador, ha cambiado sus vidas. No es mi caso, mi vida la han ido modelando muchas personas de mi entorno que me quieren y me cuidan, pero sí es cierto que encuentro sus discursos muy inspiradores, transmiten confianza y ternura, y cada uno puede hacer su particular lectura de dichas palabras, ya que no sólo son aplicables a emprendedores, ejecutivos, diseñadores o genios, sino también a los momentos más íntimos y personales de la vida de cada uno.

No hace falta que os dé más datos sobre su vida que ya todos conocéis. Tan sólo os dejo aquí algunas de sus bonitas palabras y el famoso vídeo del discurso dirigido a los estudiantes de Stanford. Estoy segura de que todos lo habéis visto ya en alguna ocasión, pero también sé que se va a convertir en un referente para nuestra sociedad como ideal de lucha, superación, ambición y búsqueda de la felicidad en las pequeñas cosas de la vida, por desgracia, tan corta.

Sé que David estará bastante afectado. Lo siento mucho, nene.

Nacemos, vivimos un breve instante y morimos. Es algo que lleva sucediendo mucho tiempo. Y la tecnología no ha cambiado mucho eso, si es que acaso lo ha hecho.

Recordar que moriré pronto constituye la herramienta más importante que he encontrado para tomar las grandes decisiones de mi vida. Porque casi todas las expectativas externas, todo el orgullo, todo el temor a la vergüenza o al fracaso, todo eso desaparece a las puertas de la muerte, quedando solo aquello que es realmente importante. Recordar que vas a morir es la mejor manera que conozco para evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder. Ya estás desnudo. No hay ninguna razón para no seguir a tu corazón.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Sobre las Fiestas del Pilar

Estos días de reencuentros, recuerdos, de nuevas experiencias, calurosos todavía pero con tintes otoñales, me están haciendo sentir extraña. Me invade la nostalgia, propia de esta estación, al abrir el baúl dónde guardo los retales de una infancia feliz, calurosa, llena de sueños y de cariño. Ver a los pequeños correteando por el patio, ajenos al extraño mundo que acecha fuera de los gruesos muros, me proporciona mucha paz. Cuando piso el colegio tengo ganas de sonreír, de correr con los nenes, de achucharlos, pero no lo hago, no vaya a ser que los asuste o me denuncien por acoso :-) 

Mientras tanto, Zaragoza se viste de gala. Sus fiestas en honor a la Virgen del Pilar están a punto de comenzar. Llevo 10 años disfrutando las fiestas de pasada, así que este año toca vivirlas a lo grande. Ofrendas de flores, ferias, globos, algodón de azúcar, conciertos, copas con los amigos, comidas familiares y muchas risas. Y un cachirulo. 

Hablando de las fiestas, hablando de nostalgia... Aquí os dejo un vídeo de los Pilares del 83. Atención a los peinados e indumentaria de la época. Mis primos, mi hermano y yo ataviados con el traje regional somos el centro de atención. Yo apenas tenía un año y lo más importante de mi mundo parece ser una barriguita. La obsesión de mi hermano Jorge es explotar o dejar en libertad el globo de mi primo Luis, en otras palabras, amargarle el día. Mi prima Marta corretea entre los adultos intentando poner orden, mientras la tía Antonia regaña a Jorge, y las abuelas posan para la cámara que sostiene mi padre. Menos mal que mi mamá, con su moderno chaleco de peluche, me rescata de esa locura y me lleva aparte para que me eche mi siesta. 


Espero que os haya gustado. Ahora es cuando yo me pregunto por qué demonios ver este vídeo me pone triste.