La otra noche, en mi calle, vi a un tipo en mitad de la calzada arrancando los chicles pegados en el asfalto. Estuvo a punto de ser atropellado en varias ocasiones pero, a pesar de los insistentes pitidos, el hombre no cejaba en su empeño. Primero le daba unas patadas al chicle, luego lo separaba del suelo con las uñas y finalmente lo guardaba en una bolsa de plástico que llevaba colgada.
Un incomprendido.
Sobre incomprendidos escriben historias, sobre los normales no hacen nada :-P
ResponderEliminarMe gusta, aunque a saber lo que tendrá en su cabeza para hacerlo xD
Sólo sé que casi muere atropellado, pero no le importó...
ResponderEliminar