viernes, 5 de noviembre de 2010

Sobre las noches

Anoche, mientras el Rey de la Sal y sus vasallos, los Hombres de las Islas de Hierro, izaban las velas de sus barcoluengos dispuestos a conquistar las tierras verdes, me empezaron a escocer los ojillos. ¡Madre mía, si son casi las tres de la mañana! Será mejor que apague la luz y me acueste.

Dejé el libro en la mesilla y le dí un achuchón a David. Después de acomodarme, se giró y me puso la mano en el hombro.

D: Paciencia.
I: ¿Paciencia? ¿Quién?

David levantó el brazo y me señaló.

I: ¿Paciencia yo? ¿Por qué?
D: Mshhporqu....tas...dibujangnnnfffss...
I: ¿Perdón?
D: msshh... Porque estásh dibujando coshitas zzz....

:)

¡Te voy a echar de menos! No quiero imaginarme cuántas noches voy a estar sin ti. Sólo espero que todo esto pase rápido, que vayan saliendo bien las cosas, que tengamos suerte, que nos la merecemos, y que pronto podamos aburrirnos en nuestra nueva rutina particular. ¡Te quiero, pequeño!

No hay comentarios:

Publicar un comentario